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Actualidad

De récord (0-0)

El Burgos suma otro punto en Vila-real y prolonga su imbatibilidad hasta las ocho jornadas

Quizá porque jugaba a orillas del Mediterráneo, el Burgos Club de Fútbol, como decía Serrat, siguió jugando en su playa. El conjunto blanquinegro volvió a ser fiel a sus más grandes virtudes y se marchó de la Ciudad Deportiva del Villarreal CF con otro récord para la historia y otro punto en la buchaca.

No debe quedar tan lejos Vila-real. No, al menos, para los más de 30 blanquinegros que viajaron y se rompieron la garganta para animar a su equipo. Allí estaban, echando de más la bufanda, disfrutando, entrada la noche, del fútbol a 25 grados. En el Miniestadi amarillo había 2000 personas pero solo se les oía a ellos.

Su aliento espoleó al Burgos en el inicio del partido. Calero suplió la baja de Grego Sierra incrustando a Elgezabal en retaguardia y apostó por Artola en la banda derecha del ataque. Curro Sánchez también regresó al once, flanqueado en la izquierda por Bermejo, con Atienza y Raúl Navarro gobernando en la sala de máquinas.

Mourad actuó más que nunca de ancla, aunque bien acompañado. A los 3 minutos de juego, Borja González se sumó a a la ofensiva y voleó una pelota al aire con fiereza que se marchó alta. Y en el 4, Bermejo disparaba raso desde la frontal con el cuero escapándose muy cerquita de la meta defendida por Giannis. La veda estaba abierta.

Pese a la ausencia por lesión en el Villarreal B del atacante Sergio Lozano, un futbolista diferencial para Miguel Álvarez en el arranque del campeonato, el minisubmarino cabalgaba dinámico, a campo abierto, veloz y vertical, acechando siempre por las bandas.

En el 10, un exprimera como Fer Niño encontró a Tiago en una contra. El 22 buscó la escuadra pero elevó en exceso su disparo. Poco después, Caro aparecía por primera vez para salvar el tanto y su imbatibilidad, en un mano a mano ante Tasende.

Juan Artola gozaría, libre de marca tras un centro lateral de Fran García, de la mejor oportunidad para el Burgos pero no logró conectar con certeza su testarazo.

Superado el ecuador, el Villarreal B continuaba merodeando la meta de Churripi, aunque sin demasiado peligro. Tan solo un pase entre líneas para Fer Niño, que recortó y se escoró demasiado ante la salida del onubense, hizo temblar el castillo de naipes burgalesista hasta el final de los primeros cuarenta y cinco minutos.

Curro Sánchez también lo había probado en el 38 con un zurdazo que llevaba música hacia el arco local.

La reanudación empezó con Bermejo inventándose una filigrana en el área que le costó un codazo rival. Ni Quintero González, ni el VAR, consideraron la acción punible.

El Burgos se estiraba cada vez más. Raúl Navarro dibujó en el 54 un centro largo al segundo palo que Fran García no acertó a dirigir a portería. Ambos técnicos movieron entonces el banco. Calero varió el ataque con una doble permuta: Gaspar y Valcarce entraron por Artola y Mourad a los 63 minutos.

Los cambios le vinieron incluso mejor al cuadro castellano. Bermejo estuvo a punto de encontrar a Valcarce en una contra y en el 72, de nuevo el 10 barcelonés reventó la bola contra el lateral de la red en una llegada por la derecha.

Restaban 15 minutos y los visitantes empezaban a creérselo. Calero adelantó la presión y el filial de la cantera grogueta comenzó a destapar algunos nervios. Fruto del empuje, el Burgos amasaba pelota y en una buena jugada asociativa Gaspar llegó desde atrás para impactar la pelota en la madera. Fue la más clara de todo el partido.

Curro y Borja dejaron su sitio a Areso y Mumo en el 81. Aire fresco en el centro y en el costado diestro que mantuvo al Burgos en el mismo rango de intensidad ofensiva. Juan Hernández también comparecería en la pista de baile en los últimos minutos.

Ni la valentía ni el esfuerzo dejaron en la mochila una victoria. Pero sí otro punto, un partido más invicto y un guarismo para la historia del fútbol español. Mucho antes del silbatazo final del colegiado, Caro había superado a Santamaría, el mítico portero del Racing de la 72/73, convirtiéndose a los 26 minutos en el guardameta de Segunda División, de siempre, que más ha aguantado sin encajar gol. 720 minutos, o lo que es lo mismo, 8 jornadas completas imbatido desde el inicio de la competición. La mayor racha de imbatibilidad en la historia de LaLiga Smart Bank. Casi nada.