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Actualidad

Espejismo (0-1)

El Burgos sufre su primera derrota de la temporada en El Plantío

Cuando los jugadores del Burgos saltaron al campo este sábado, creyeron vivir un espejismo. Primero porque vieron a Jimena Vicario, toda una campeona del mundo sub-17 que hace poco vestía de blanco y negro. Y segundo porque en frente había, otra vez, un equipo canario. Pero era el otro grande, el otro clásico de las islas. El Tenerife, que vive con más urgencias que Las Palmas y que quiere demostrar, de una vez por todas, que su sitio no está donde la tabla marca.

Y eran tantas las urgencias que el cuadro de Luis Miguel Ramis, herido en orgullo tras su derrota en Anduva, empezó ligeramente mejor el partido. Empujado por los más de 150 tinerfeñistas desplazados hasta Burgos, los visitantes le habían tomado la medida al duelo en los primeros compases.

Enric Gallego y Borja Garcés, experiencia y juventud en una dupla bien acompasada, le buscaban las vueltas a la zaga blanquinegra: bien ordenada, como siempre. A los 3 minutos, Grego Sierra veía la primera cartulina del partido. En el 4, Javi Alonso disparó alto por encima del larguero.

Calero había salido de nuevo sin una referencia ofensiva clara. Jugando al despiste en madrileño, con Curro Sánchez, Bermejo y Valcarce en el ataque, los dos últimos de vuelta a la titularidad. Elgezabal gobernaba otra vez el central, con Córdoba y Grego en los flancos. Borja y Matos -premio a su partidazo en el Gran Canaria- también regresaban al once. Mumo y Atienza en el ancho.

En el 26, Mellot levantó el susto con una volea al techo de la meta de Caro, pero el onubense voló para sacar una manopla mágica.  Despertó el Burgos.

Matos y Borja activaron al cuadro de Calero desde los carriles, Con Mumo enganchando bien con Curro y Bermejo, Valcarce y Atienza tuvieron dos opciones claras desde el balcón del área. La primera la taponó la zaga rival. La segunda, se le marchó al limbo al mediocentro madrileño. Sin mucha más historia, se llegó al descanso.

En la segunda mitad pasaron más cosas, y algunas nada buenas. En el 49, Gálvez Rascón le mostró la amarilla para José Ángel. Curro lo intentaba después desde lejos, pero el chut de mago de La Palma del Condado se escapaba desviado.

En el 59 Calero se la jugó con un triple cambio. Valcarce, Bermejo y Atienza dejaron su sitio a Mourad, Gaspar y Raúl Navarro. El atacante Elady Zorilla entró por Teto en el Tenerife.

El choque entró en un valle justo después de que José Antonio Caro pulverizara el récord de imbatibilidad de Abel Resino. Todo cambió en el 77. Gaspar estuvo a punto de adelantar al Burgos. En una contra, el guaje buscó sin suerte la escuadra de Juan Soriano.

Y justo un minuto despuñes, el VAR invitó a colegiado a pitar penalti por manos, más un acto reflejo, de Borja González. Elady transformaba el lanzamiento desde los 11 metros. 0-1.

Calero agotó balas con Juan Hernández y Saúl Berjón. El árbitro sorprendió añadiendo 12 minutos y expulsó a Garcés por protestas en el banquillo visitante.

El Burgos lo intentó hasta el final y murió en área tinerfeña. Mourad tuvo una buena opción de cabeza tras un gran centro de Borja González, pero Soriano atrapó la bola con el pecho. Churripi subió a cabecear el último córner, a la épica. La jugada moriría en el costado. Segunda derrota de un tremendo curso. Primera en El Plantío. Para soñar con otras galaxias, sin espejismos, toca seguir remando.

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