El delantero burgalés, Mario González (Villarcayo, 25/02/1996), se convierte en el séptimo fichaje del mercado de verano del Burgos CF tras llegar libre para la próxima temporada después de rescindir con su anterior club, Los Ángeles FC. El futbolista de Las Merindades, que pasó gran parte de su etapa formativa en el conjunto blanquinegro, regresa a casa con un gran bagaje internacional y se reencuentra con Luis Miguel Ramis, con quien coincidió en la temporada 2021/2022 en el CD Tenerife.
‘El pistolero’ como se conoce a Mario González en el mundo del fútbol, destaca, precisamente, por su tenacidad de cara a puerta. El burgalés representa todas las características de un ‘nueve clásico’: letal en el remate, potente en carrera, con capacidad de generarse sus propias ocasiones e inteligente a la hora de atacar espacios. El ariete, que cuenta con dos internacionalidades con la Selección Española sub-17, en las que anotó un gol, se formó en la cantera del Villarreal y llegó a jugar seis encuentros con el primer equipo del conjunto groguet, entre ellos, uno de fase previa de la Champions League y otro de Europa League.
Además, Mario cuenta con una amplia experiencia en el fútbol profesional, tanto en España como en el extranjero. El delantero cuenta con 176 partidos en el fútbol profesional en los que ha anotado 50 goles y repartido 11 asistencias en distintas competiciones como la Ligue 2 francesa, la Segunda División española, la Primera División portuguesa, la Primera División belga, la MLS de Estados Unidos, la Primera División polaca o la Europa League. El atacante burgalés ha pasado por grandes clubes como el Clermont francés, el Tondela, el Famalicao y el Sporting de Braga portugueses, el Villarreal, el CD Tenerife y el Real Sporting de Gijón en España, el OH Leuven belga, Los Ángeles FC americano y el Lech de Poznan polaco.
Ahora, Mario González regresa a su casa, al Burgos CF, para ponerse a las órdenes de Ramis y ayudar al club a conseguir sus objetivos durante la temporada 2025/2026.
¡Bienvenido de vuelta a casa, Mario!