Ander Martín encarriló el #DerbiCastellano en la primera mitad y el aliento de los más de 10.700 blanquinegros en El Plantío confirmó el triunfo en la segunda parte
“Los derbis no se juegan, se ganan”. Así reza una de las frases más repetidas en la capital del Arlanzón en los últimos tiempos y el Burgos CF demostró en el #DerbiCastellano haber entendido a la perfección la oración de su afición. Un saque de banda en campo contrario con finalización brillante fue suficiente para que los de Jon Pérez Bolo correspondieran a un Municipal El Plantío prácticamente lleno en apenas 4 minutos de juego. Borja González fue el encargado de devolver el balón al rectángulo de juego desde la derecha y ante un Real Valladolid incapaz de despejar el peligro del área, Curro, con el cuerpo, logró hacerse el espacio suficiente para habilitar a Ander Martín, quien esperaba desmarcado en el corazón del área. El 8 no dudo y como si de un ‘killer’ del área se tratara, impactó con lo que pudo y de primeras para enviar el balón a las mallas. En la foto aparecerá como un gol de espuela, pero en el recuerdo de los blanquinegros quedará como el comienzo de la primera gran noche del año en El Plantío.
La efusividad de los blanquinegros no cesó durante el primer cuarto de hora y Mumo, tuvo el segundo en el rechace de un saque de esquina que terminó atrapando Masip.
El Real Valladolid aterrizó en el derbi superado el 25’ de juego. Fue Sylla quien encontró el espacio en la derecha e hizo trabajar a Caro, muy seguro bajo los palos. El meta despejó a córner un fuerte disparo con una acción más propia de balonmano, pero que confirmó el gran estado anímico del equipo. A pesar de ceder el peso del encuentro a su rival, el Burgos CF disfrutó de la última ocasión clara del primer tiempo con un zapatazo de Fer Niño que se perdió cerca del palo.
La segunda parte arrancó con un nuevo directo al mentón del pucela, pero el linier dejó sin efecto la acción, ya que el centro desde la esquina transitó por fuera del campo antes de que Sylla introdujera el balón en su propia portería. El mejor Caro emergió en el 54’ para meter una mano salvadora a un remate de Juric. Y la entrada de Kévin Appin dotó de músculo a un centro del campo algo cansado tras el empuje blanquivioleta.
Ya en el 69’ Fer Niño acarició el segundo después de que Álex Sancris colocara un centro preciso a la espalda de los centrales. Aunque las ocasiones se tiñeron de blanco y negro, el dominio fue visitante, pero ahí emergió la resistencia burgalesa para contener cada arremetida y decidir el #DerbiCastellano.