Antes de la noche de Reyes, en El Plantío se ha dibujado una mañana de ilusión. Una sesión de entrenamiento matinal que ha contado con la presencia de más de medio millar de aficionados blanquinegros, muchos de ellos niños y niñas cuyos rostros reflejaban la emoción de una fecha especial.
Pasadas las 10:45 horas, ya con las gradas repletas de gente, los protagonistas saltaban al templo burgalesista. La ovación del público, emocionante y desatada, era correspondida por los jugadores y el cuerpo técnico del Burgos CF desde el césped.
A pesar del frío, que los asistentes pudieron combatir con chocolate caliente gentileza del Burgos Club de Fútbol, la sesión fue un regalo para la gente y, sobre todo, para los más pequeños. Tanto que, de repente, algunos de ellos han bajado al verde para infiltrarse en los primeros rondos y tocar balón junto a sus ídolos.
En las butacas sobresalían las bufandas y algunas pancartas diseñadas a conciencia para la ocasión. "Ni Melchor, ni Baltasar. Mi Rey es Gaspar", rezaba una cartulina acompañada de un número 11. Tras algunos ejercicios divertidos y una sesión de fut-tenis, silbatazo final.
Llegaba entonces el momento más esperado. Las firmas, las fotos y el saludo cercano y atento con los integrantes de la primera plantilla. Un momento mágico que se ha extendido durante más de media hora, hasta que todas las peticiones han quedado satisfechas.
Es la magia del burgalesismo, la magia de El Plantío en víspera del día de Reyes Magos. La unión en el sentimiento infinito por los colores blanco y negro justo antes de arrancar una emocionante segunda vuelta en LaLiga SmartBank.