Morciyeti está feliz. Tras la copiosa nevada caída en las últimas horas sobre la capital burgalesa, la mascota del Burgos CF ha saltado al césped de El Plantío para dibujar sus primeras travesuras.
A bolazo limpio, entre ángel y ángel, ha trazado un perverso plan: quiere desenchufar el cableado de las máquinas de calor que los servicios de jardinería han instalado para que evitar que la nieve permanezca en el campo.