Sin goles en Cartagonova (0-0)

Prensa Burgos CF / Cartagonova

Desde lo alto del Monte Atalaya, asomándose al balcón del castillo que lo gobierna, los ojos alcanzan a ver cómo Cartagena se baña orgullosa en el mar. No en vano, la montañita es un salto de 242 metros de altura, desde 0, en plena ciudad. Puede verse la historia en el legado que dejó el imperio romano y pequeñito, muy cerca, el Cartagonova. A punto de incendiarse, como en el Exoplaneta de Arde Bogotá.

El partido de este domingo en el antiguo Cartago era un partido en llamas. Por lo que se jugaban ambos equipos, casi más el local, a 4 puntos del playoff tras la macrogoleada del Albacete (0-5) en la isla de Ibiza.

El Burgos saltó bien al tapete cartagenero. Muy dinámico, vestido de azul, se hizo valiente con el dominio de la pelota y frenó en seco el ímpetu inicial del Efesé. Fran García y Areso levitaban profundos en los carriles, con Bermejo y Curro comandando la máquina del fútbol burgalés. En un susto a los 6 minutos, Borja Valle robó la pelota y se quedó solo frente a Caro.

Tras regatear al meta, Córdoba salvaba el tanto sobre la cal. Al ecuador del primer acto, Bermejo tenía que marcharse sustituido, dolorido en el costado tras un choque con Iván Calero. El guaje Gaspar Campos ocupó su sitio e hizo del problema oportunidad disfrazándose, poco a poco, de amenaza. El Burgos seguía mandando. Apenas cinco minutos después de la permuta, Datkovic arrollaba con los tacos a Córdoba con una feísima entrada que le costaba la cartulina roja.

El Burgos se apoyó en la expulsión y merodeó con insistencia el área local. Con un Gaspar excelso, a falta del último pase, el cuadro burgalesista era un peligro constante. Artola y Curro Sánchez tuvieron dos buenas opciones para el 0-1, pero la igualada se mantuvo hasta el descanso. Grego Sierra vería la amarilla poco antes del silbato, tras cortar inteligentemente una transición en el centro del campo.

De vuelta, Castel entró por Artola. El Burgos siguió imponiendo su dominio. Primero fue Raúl Navarro, inhabilitado y más tarde Gaspar Campos, obligando a Aarón Escandell a realizar su segunda intervención salvadora de la noche.

El Cartagena despertó y encontró la manera de hacer daño. En bloque muy bajo, esperaba el error visitante para saltar a la contra. Así acumuló más llegadas y provocó una cartulina de Córdoba, aunque el que marcó fue el Burgos. En un gran remate de cabeza, Castel colocaba la bola junto al palo y hacía el 0-1. El colegiado anuló el tanto al entender falta del ariete madrileño.

Valcarce, Goldar y Matos entraron en los últimos minutos. 

El berciano tendría en el descuento una clarísima oportunidad para otorgarle los tres puntos a su equipo. En un disparo arqueado y prodigioso, la bola se marchó lamiendo la escuadra.

Goldar dió el susto en los minutos finales y tuvo que ser  atendido. Afortunadamente abandonó el estadio por su propio pie.

El árbitro pitó el final y el marcador no se movió. 54 puntos tiene el Burgos en la mochila, con 9 todavía por jugarse.