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Actualidad

Burguitos, maravilla (1-1)

El Burgos CF saca un gran punto de La Rosaleda, templo malaguista con recuerdo a Juanito

La Rosaleda fue, de nuevo este sábado, un bonito homenaje. Porque si hubiese que brindarle un tributo a Juan Gómez ‘Juanito’, el 7 maravilla, el mejor sería sin duda un Málaga-Burgos en su tierra, a la luz del fútbol profesional. Más que un partido, junto al Paseo de Martiricos, a un paso de la playa de la Malagueta, se disputaba un regalo al cielo.

En un escenario precioso, el duelo era un reto mayúsculo para ambos equipos pero en la urgencia se ahogaban más los de Pepe Mel. Se notó en el inicio, aunque el primer susto lo daría el Burgos, vestido todo de negro como cuando consiguiera el triunfo en este mismo estadio la pasada campaña (0-1). A los 4 minutos, Bermejo peinaba un centro de Curro Sánchez desde la esquina al que no llegaba Elgezabal por un pelo.

Calero había reubicado de nuevo a Atienza en el medio junto a Raúl Navarro. Curro, Bermejo y Juan Hernández –otra novedad– eran las referencias ofensivas de un once en el que también entraba, al carril diestro, Jesús Areso.

El empuje del comienzo, sobre todo en llegadas por los costados, era aguantado por la zaga blanquinegra. También la presión ambiental. A los 14 minutos, Lago Junior disparaba flojo desde la frontal a las manos de Churripi.

Fue el primer y prácticamente último aviso del Málaga antes de un periodo ancho en el que el peligro llevó solo botas burgalesistas. En el 18, Curro Sánchez recortaba en el área tras un buen centro de Matos pero no acertaba a conectar con el balón.

A la media hora de juego, Curro y Bermejo protagonizaban otra doble ocasión y en el 37, después de una contra de libro con el Burgos combinando de fábula, Raúl Navarro encontraba la pelota aclarada por Juan Hernández y Matos en la galleta del área. El disparo franco del sevillano se marchaba lamiendo el travesaño.

Cosas del fútbol, sería Lago Junior el que adelantaría al cuadro local a tres minutos para el descanso. Elgezabal había llegado justo antes para cortar el intento de Febas tras una buena dejada de Rubén Castro, pero la pelota le quedó muerta al costamarfileño, que conectó un derechazo inapelable imposible para Caro. Una amarilla para Febas por una fea entrada sobre Bermejo mandaba el encuentro a enfriarse al intermedio.

El Burgos, rabioso por el poco premio al merecimiento del primer acto, apostó por el empate en la reanudación. Calero introdujo a Mourad en la punta de ataque. N’Diaye veía la segunda cartulina del encuentro en el 53.

Grego Sierra y Mourad pudieron encontrar premio en un córner. Inmediatamente después, al filo del 60, Mumo entraba al campo dando aire a un vaciado Raúl Navarro.

Como si ese oxígeno insuflase a sus compañeros, Areso inició una cabalgada antológica que Curro abrochó con un pase medido a la línea de fondo de La Rosaleda. El navarro apuró el campo como una pista de atletismo y puso la pelota rasita, atrás, para la llegada de Bermejo. Definición de 10. Golazo del barcelonés. Era el 62 de partido. Fiesta entre los burgaleses desplazados. 1-1.

El tanto no conformó al equipo de Julián Calero, que fue a por más y pudo hacer el segundo a los 70 minutos, en una jugada calcada al empate pero por la zurda, en la que Matos no vio a Curro por el retrovisor.

Para los últimos 10 minutos, el técnico visitante refrescó los laterales con Fran García y Borja. También entraba Artola por Bermejo.

El Burgos murió en busca de la victoria. Encadenó hasta tres saques de esquina y Curro Sánchez, en un contragolpe definitivo, rozó el tanto del triunfo en una ocasión clarísima.

Gran punto, con regusto a algo más, en la Costa del Sol. Maravilla, como Juanito, este Burguitos que sigue arriba.

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