Orgullo (1-0)
El Burgos CF ofrece un gran nivel en el Nuevo Los Cármenes
Hubo un tiempo en el que en Granada, reino nazarí de conquista y resistencia musulmana, convivían varias culturas. Agarrados por el yugo de la religión, aunque reducidos a grupos sueltos, judíos y cristianos latían igualmente bajo el gobierno imponente de la Alhambra. En el Burgos de Calero también conviven algunas culturas: la del esfuerzo, la del compromiso y, por encima de todo, cuando se apagan las luces y el brillo de la élite desaparece, la del sacrificio diario para demostrar que, además de talento, hay mucho trabajo y ninguna casualidad.
En el Nuevo Los Cármenes, un estadio de primera que debe su nombre a las típicas viviendas con jardín y huerta tan típicas del Albaicín, el técnico madrileño planteó este domingo una pequeña revolución. Artola en la punta o Juan Hernández en el cuchillo derecho fueron algunas de las novedades de un once en el que no estaba, por primera vez desde que arrancó la campaña, el vasco Unai Elgezabal.
La primera parte de los blanquinegros estuvo a la altura del escenario. También de los 150 irreductibles que soñaron con la reconquista viajando desde la cabeza de Castilla, 22 años después de la última vez.
Además de muy activo, el Burgos saltó al césped con un codazo en la cara. Otro más tras el de la semana pasada en el labio partido de Bermejo -titular pese a los puntos, por cierto-. Esta vez, era Uzuni quien impactaba sobre la faz de Raúl Navarro. Y esta vez sí, tarjeta. Para ambos por un agarrón previo del sevillano.
Pero el equipo burgalés no estaba dispuesto a arrojar la toalla de su plan. En el 10, un pase larguísimo de Alex Bermejo encontró la carrera de Juan Hernández. El lorquino se plantó ante Raúl Fernández y disparó demasiado elevado. Fue el primer aviso de otros que llegarían después.
El Granada, un ex LaLiga candidato a todo, también jugaba el partido. Y lo hacía en su casa. Caro le paró un chut seco a Callejón a los 15 minutos.
En el 19 llegaría la ocasión más clara para el Burgos. Mumo sacó el cartabón que sólo él sabe utilizar y dejó solo a Juan Hernández en área pequeña. El meta local achicó espacios y le birló el gol al 15 burgalesista.
El propio Juan Hernández culminaría en el 27 una contra con un lanzamiento durísimo que volvió a poner en apuros a Raúl Fernández. Sorprendido por un Burgos díscolo, al conjunto andaluz se le acumulaba el trabajo. Ignasi Miquel vería la segunda cartulina amarilla de su equipo por derribar a Mumo en el origen de otra transición.
La tercera para Juan Hernández llegó en el 39, en un zurdazo que esta vez salió mordido, fácil para el guardameta. Al minuto, al servicio de Callejón cerca del vértice del área, Uzuni adelantaba al Granada con un disparo de interior que engañó a Caro en la trayectoria. Undécima diana del albanés. El Burgos se iba por detrás al descanso sin merecerlo.
Curro Sánchez ingresó de inicio en la segunda mitad. Era difícil ver a un Burgos mejor y aún así mejoró.
En el 49, Mumo buscó a Grego Sierra en una pelota suelta pero el remate del murciano se marchó alto. Los de Paco López solo inquietaban a través de centros laterales. Ignasi Miquel estuvo a punto de hacer el segundo para el Granada en un remate de cabeza franco.
Poco después, Curro y Areso combinaron por la diestra. Mumo, llegando desde atrás, cargó sobre puerta para la igualada. La bola pegó en el brazo de un defensa. El árbitro no señaló nada.
Mourad entró por Artola y Valcarce por Bermejo mediada la segunda parte. Víctor Díaz era amonestado en el 65. El Granada enfrió el choque.
En el 79, Calero llamó a Saúl Berjón como solución ofensiva. El asturiano entró por Atienza y en su primera acción fabricó una jugada por banda que terminó en una gran ocasión de Curro. Raúl Fernández sacó una manopla tremenda al disparo del onubense.
Los últimos diez minutos fueron locos. Grego vio tarjeta en el costado tras ser agarrado y luego agarrar él. En la falta, botada por Soro con un centro que se envenenó, Caro evitó el segundo tanto nazarí con una buena estirada.
El exblanquinegro Miguel Rubio barrió a Curro Sánchez en el 87 y fue amonestado. El banquillo reclamó algo más. Inexplicablemente, lo que hizo Gorostegui Fernández fue expulsar a Bermejo, que ya estaba en el banquillo. También amonestó a Soro y a Raúl Fernández, por perder tiempo.
El encuentro se fue hasta el 95 y el Burgos, que acabó embotellando al Granada, murió con las botas puestas. Aunque fuera en el Paseo de los Tristes, como decía Supersubmarina, las estrellas alhambraron la derrota blanquinegra. Los hinchas del Burgos abandonaron Granada sin conquista, pero orgullosos de sus futbolistas.