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Actualidad

Adelante, campeadores (2-0)

El Burgos CF disipa dudas y tumba al Ibiza en otra noche mágica en El Plantío

Hay amaneceres tan potentes que pueden desperezar incluso en plena noche, cuando las musas invitan aún a no despertar. Porque la noche también guarda los mejores destellos, fugaces, ocultos, inesperados. Y si no, que se lo pregunten al Ibiza. Apenas tres minutos después de abrirle la ventana al partido de este sábado en El Plantío, el Burgos ya le había lanzado un fogonazo de luz tan brillante que le había dejado ciego.

Ocurrió cuando Raúl Navarro, ese multiusos de trabajo incansable y silencioso, saltó línea y filtró desde el costado un pase de la muerte al corazón del área. Allí, desencadenado, veloz e imparable, apareció Mourad para mandar el cuero a guardar. Otro zarpazo mágico de la pantera, este nada más empezar el choque.

Asistente y goleador fueron dos de las novedades del once. Con Curro sancionado, Calero apostó por Mumo de inicio, en un 4-3-3 con el 22 y Navarro flanqueando a Atienza en el ancho. En línea defensiva, Míchel Zabaco no fue de la partida y el técnico retrasó a Elgezabal para acompañar a Córdoba. Fran García entró por Matos. En el ataque, Valcarce, Bermejo y Mourad. En la meta, de nuevo, José Antonio Caro.

Fue tan frenético el arranque que el duelo tuvo que echarse una siesta. En el día del estreno de Morciyeti, el mazazo del gol se adhirió como ropa empapada a la remera de los jugadores del Ibiza. Nolito, Herrera y Sergio Castel trataban de establecer conexiones en tres cuartos pero el conjunto del debutante Anquela era un cortocircuito.

En el 20, Mumo llegaba tarde a una acción y veía la primera amarilla del duelo. El cuadro ibicenco trataba de reaccionar, pero el Burgos amenazaba en las contras. Álex Bermejo sacó un latigazo raso que besó el lateral de la red de la meta de Fuzato justo antes de alcanzar la media hora de juego. Raúl Navarro y Atienza también eran amonestados por dos acciones de falta. La del sevillano, cuanto menos rigurosa. No se andaba con chiquitas Caparrós Hernández, que recibió una sonora pitada al descanso.

De amaneceres fugaces parecía ir la cosa porque en el 47, nada más salir de las duchas, Sergio Castel empataba el encuentro. El remate del madrileño, un viejo conocido de infausto recuerdo para el Burgos por enfrentamientos en temporadas y categorías pasadas, llegaba tras un centro de Pape Diop. Afortunadamente, el VAR revisó la posición previa del extremo senegalés, que venía de situación antirreglamentaria, y anuló el tanto por fuera de juego.

El susto espoleó al Burgos, que pudo ampliar la renta en el 53. Mourad se zafó dentro del área y, a la media vuelta, empaló alto por encima del travesaño. El Plantío cantó el “¡Uy!”.

El Ibiza apretaba y Calero decidió mover el banquillo. Gaspar entró por Valcarce y Grego Sierra por Raúl Navarro a los 65 minutos. Elgezabal se situó en el medio campo y el equipo ganó presencia y recorrido.

Anquela quitó a Nolito y Castel. En su lugar, entraron Ekain y Darío.

Poco después, Borja González le regaló a la grada una bonita jugada por la diestra, con doble recorte. El lateral era el reflejo de la mejoría del conjunto local que, liberado de las urgencias visitantes, se estiraba y quería el segundo. En el 79, Elgezabal remató muy cerca del poste un envío de Borja desde la esquina.

Anquela quemó sus naves con un triple cambio: Bogusz, Suleiman y Miki Villar. En esas, Gálvez se llevó por delante a Mourad y vio la primera amarilla para el Ibiza a los 85 minutos.

Juanito Artola también ingresaría por Bermejo para aportarle lucha y frescura al ataque burgalés. El bravo delantero cedido por el Athletic estuvo a punto de sentenciar el partido, pero su remate en boca de gol tras una buena acción de Gaspar se marchó fuera. El partido le debía una.

Caparrós Hernández siguió impartiendo justicia hasta el final. Elgezabal también vería la tarjeta en el 87, la quinta de lado blanquinegro.

Mourad sería el último en abandonar el terreno de juego. Ovación cerrada para el delantero hispano-marroquí, que dejó su lugar a Areso en la última ventana de cambios. Ni planeado. A los 30 segundos de saltar al campo, Gaspar encontró al navarro entre líneas, que vio llegar a Artola como un tranvía en el punto de penalti. En lugar de tirar, el de Cascante se la puso al 7, que fusiló a Fuzato con el Fondo Sur viniéndose abajo.

El Plantío acabó cantando el himno. 24 puntos. La mitad del camino hecho. Adelante, campeadores. El Burgos vuelve a sonreír.