Todo derbi es mágico. Pero más aún si la tierra te toca de cerca. Por eso, el #DerbiDeBurgos de este fin de semana tiene en el vestuario blanquinegro a un futbolista privilegiado, hiperconsciente de lo que significa este partido. Jugar un Mirandés-Burgos, o un Burgos-Mirandés, es seguro especial para cualquier futbolista. Pero el este domingo (Anduva, 18:30 horas) lo será sobre todo para Míchel Zabaco (Burgos, 6 de febrero de 1989), el único jugador burgalés de las dos escuadras.
Coincidiendo con el acto de la firma del contrato de patrocinio con VTBatteries, el defensa comparecía ante la prensa este miércoles en el Palco VIP Norte de El Plantío. Y abordaba la mística del choque en su primera respuesta: "Son partidos especiales. Para la gente, para el club y para nosotros, los jugadores. Y más para los que somos de aquí, porque sabemos la repercusión que tiene en la provincia".
A pesar de que el Burgos ha estado por delante en la tabla durante toda la campaña, sobre el verde, todo se iguala. "Ni mucho menos va a ser un partido fácil. El Mirandés viene de ganar en el campo del Levante y ha cogido un colchón de 9 puntos con el descenso. Está en una clara una dinámica ascendente", destacaba.
Para Zabaco, el partido que se jugará en suelo mirandés puede cambiar el prisma de cara al final del campeonato. "Yo creo que sí ganamos el derbi, las cosas se pueden ver de otra forma. Es verdad que último día no estuvimos bien. Pero después de Anduva, tendríamos otros tres partidos en casa. Puede ser un punto de inflexión", concedía el futbolista.
Para superar el desafío, el equipo burgalesista jugará con un plus de energía: su afición. Cerca de un millar de blanquinegros estarán en las gradas. "Sabemos que se van a desplazar todos los aficionados que han podido. Han agotado todas las entradas (777) que nos han enviado y vamos a estar muy arropados. Va a ser un derbi muy bonito", concluía.